La comunidad internacional exige en este comienzo de semana "total transparencia" a las autoridades venezolanas tras las elecciones del domingo e insta a que se publiquen resultados detallados de las mismas.
En ese contexto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay emitió un comunicado (junto a otros países) en el que exige la revisión completa de los resultados. Una expresión logica de preocupación que compartimos.
A raíz de ello, el Gobierno de Maduro exigió a Uruguay el retiro, de manera inmediata, de sus representantes en territorio venezolano, en rechazo a sus “injerencistas acciones y declaraciones” sobre los comicios del domingo.
No obstante, y repitiendo que en un tema relevante y preocupante para el continente, me llama la atención que este tema del ámbito internacional este por encima de otros sin resolver e incluso más graves en el contexto nacional.
Por ejemplo, (y esto motiva mi breve artículo) el senador del Partido Nacional, Javier García, espera que el Parlamento tenga “una sesión extraordinaria, grave y urgente", para pronunciarse sobre "el fraude en Venezuela”.
Me parece muy bien que este tema se debata y analice allí.
Pero ¿Alguna vez escucharon que los legisladores soliciten una sesión extraordinaria, grave y urgente para hablar de la pobreza infantil en Uruguay? Por citar uno de los tantos problemas que tenemos nosotros aquí.
¿Para algunas de las miles de familias en estado de vulnerabilidad son importantes las elecciones en otros países, donde hay por lo menos 30 en el mundo con regimenes autoritarios?
Yo creo que ni se enteraron de las mismas, y menos que los políticos uruguayos están más precupados por eso que por los temas que hacen a la vida cotidiana de sus compatriotas como la seguridad, la educación, la salud o como mencioné, la pobreza.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que el 10,1% de los uruguayos son pobres. El número crece en los más jovenes. Uno de cada cinco niños menores de 6 años es pobre. Una cifra altísima que duele. Esto si que me parece grave y urgente. Y no quiere decir que otros temas, como el de Venezuela no lo sean, quiero insitir en ello porque no quiero que parezca que el tema no me es relevante.
Pero creo que entender que, por ejemplo, la pobreza tiende a perpetuarse de generación en generación, y que esta condición afecta el desarrollo de habilidades, la salud y las oportunidades de los niños es importante. Nadie es pobre porque quiere y no todos tenemos las mismas oportunidades.
¿Pueden esos niños que no saben si van a comer esta noche acceder a una educación de calidad? ¿Podrán conseguir un empleo formal en el futuro?
Yo creo que si, pero si hacemos algo de verdad para que ello ocurra, y sobre todo aquellos que ocupan cargos donde se toman decisiones trascendentes. Que cuenten con apoyo de programas sociales, bien utilizados, para que puedan tener la panza llena y poder concurrir a clases y aprender.
Pero ninguno de estos cambios son a corto plazo, son múltiples los factores y muy complejos los que perpetúan la desigualdad. Por eso hay que comenzar ya, y se que actores de la sociedad, entre ellos algunos políticos (no se puede generalizar) se ocupan genuinamente por solucionar estos aspectos y ayudan a quienes más lo necesitan.
Pero entendamos que nosotros en Uruguay tenemos varios temas "graves y urgentes" que atender.