“Tenemos que esperar un aumento de casos, y tal vez un pico de infecciones entre enero y febrero. Eso va a pasar y va a ser un número que nos va a llamar la atención”. La frase pertenece al científico Gonzalo Moratorio, entrevistado por Montevideo Portal el 27 de diciembre, dos días antes de la confirmación oficial por parte del ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, de que la variante Ómicron circulaba en nuestro país (algo que se preveía).

Recuerdo que en ese momento pensé ¿Qué número me llamaría la atención? El primero de agosto Uruguay bajaba los 2.000 casos activos después del peor momento de la pandemia, y esa cifra se mantendría incambiada durante cinco meses. Una meseta prolongada que indicaba que la situación estaba bajo control. Allí establecí que cifra sería llamativa: que Uruguay volviera a tener 20.000 casos activos. Eran muchos teniendo en cuenta esa meseta a la cual hice mención.

La realidad es que la nueva variante pasó por encima del mundo. Jamás tantas personas habían cursado la enfermedad de manera simultanea: 73 millones de personas este 31 de enero. Antes de Ómicron eran 12 millones apróximadamente.

Nuestro país no fue la excepción: un pico de 86.000 personas a la vez con coronavirus (cifra que extraoficialmente debe haber sido mayor). Más de cuatro veces el número que me llamaría la atención. Sorprendidísimo quedé y me imagino que usted también. 

Cuando se dice que esta variante es apenas un resfrío hay que ser muy cuidadosos. Es cierto que un 1.5% de mortalidad es un número bajo. Pero lo es si hay 100 casos nuevos de Covid-19, o 200 o 400. Cuando se confirman 10.000, 13.000, contagios diarios, el número de personas que van a requerir cuidados intensivos y eventualmente fallecer ya no son pocos. Esa es quizá la mayor crítica que se le puede realizar a las autoridades del país que decidieron no tomar ninguna medida al respecto. Lógico es que la marcha atrás tampoco podía ser muy grande en un país con altos índices de vacunación, incluso con la dosis refuerzo. Pero alguna restricción pudo haber, o mínimamente garantizar el cumplimiento de los protocolos sanitarios.

En enero se contagiaron 255.042 personas, lo que representa el 38% de los mismos durante casi dos años de pandemia. El total acumulado asciende a 666.425. Teníamos 413.383 al finalizar el 2021. 

Más de uno de cada tres uruguayos se contagió en este mes. Un disparate, si se me permite el término poco académico.

Con tantos infectados, el número de personas en CTI creció significativamente, aunque lejos de aquellas cifras de abril y mayo de 2021. Hoy son 147 las personas en cuidados críticos.

En 31 días fallecieron 299 personas. Habían perdido la vida 181 en todo 2020, año sin las vacunas aún. El Coronavirus en los últimos seis días, prácticamente volvió a ser la principal causa de muerte del país.  

Estadísticamente fallecen 24 uruguayos por enfermedades cardiovasculares y 21 de cáncer. 140 fallecidos en estos seis días son 23,3 en promedio. La gripecita y resfriado...

El infectólogo Julio Medina señaló hace unos días que históricamente en los meses de enero (antes de la pandemia) fallecían 60 pacientes por todas las etiologías de neumonía (incluyendo gripe). Tras contraer "la gripecita" murieron 299, repito.

La pandemia no termino pero siempre nos hemos empecinado en minimizarla.

En el departamento de Colonia (casi sin decesos en los últimos cinco meses de 2021) fallecieron 14 personas en 2022, todas ellas en la segunda quincena del mes. El promedio de edad es 87 años. El más joven 59 años, en su mayoría mayores de 80, incluso la paciente mayor fue una mujer  de 99 años.

Que estos datos sirvan para comprender que todavía, pese a la enorme libertad que tenemos para realizar cualquier actividad, debemos tener un mínimo de cuidado y responsabilidad.