Uruguay da este martes 18 de mayo otro paso rumbo a la presencialidad en la educación con el retorno a las aulas de miles de estudiantes de primero, segundo y tercero de escuela (excepto Canelones y Montevideo, que solo lo harán en las de tiempo extendido), y se suman a todas las escuelas rurales que ya habían retornado hace algunos días atrás.

No hay dudas de que la calidad educativa se vio resentida pese al buen funcionamiento, en general, de la virtualidad y el esfuerzo de los docentes y las familias. No hay nada más importante que la educación de los más pequeños.

Sin embargo, sin mayor opinión más que centrarme en los datos objetivos aportados por el Sistema Nacional de Emergencia, las condiciones actuales no parecen ser del todo favorables para dicho retorno. Seguramente habrá quienes señalen que independientemente de la actualidad sanitaria, es esencial que los chicos regresen a las aulas por lo anterior expuesto, además de que para muchas familias donde sus padres trabajan y no tienen quien cuide de sus hijos estos meses han sido muy difíciles de sobrellevar. Perdiendo horas de trabajo o haciendo malabares para atenderlos todo el día.

En concreto, la presencialidad se suspende indefinidamente el 23 de marzo tras el anuncio del presidente de la República, Luís Lacalle Pou.

En el país había 15.548 personas cursando la enfermedad, 202 estaban ingresadas en cuidados intensivos, y habían fallecido 827 uruguayos.

Transitamos en abril el peor mes de la emergencia sanitaria. Pero promediando mayo, los números no son diferentes a los del peor mes. Seguimos transitando el peor momento. Salvo por dos aspectos. Por un lado los ingresos en CTI han bajado tras un pico de 550 personas (con algunos centros de salud saturados y sin camas) y hoy esa cifra es de 495. En segundo lugar la campaña de vacunación tiene un excelente ritmo. El 23 de marzo no había ninguna personas con dos dosis y por ende nadie con niveles óptimos de anticuerpos y en la actualidad uno de cada cuatro uruguayos lo tiene.

Pero como manifestaba anteriormente, los contagios y fallecimientos no han disminuido aún (con el descenso de ingresos a CTI se espera que si bajen las muertes por Covid-19 en algunas semanas).

Hoy cursan la enfermedad 27.334 (casi 12.000 personas más que cuando se suspendieron las clases) y han fallecido desde entonces 2694 personas: 48 por día desde el anuncio en marzo. Fallecieron 54 compatriotas por día en abril y en mayo son 53. 

Los nuevos casos en abril eran 3.000 por día y en mayo son 2.616. 

Las estadísticas siguen siendo alarmantes.

En Montevideo no vuelven las clases. Hay un caso de Coronavirus cada 125 habitantes. En Carmelo regresan con un caso cada 65 personas. 

A modo anecdotico, en la ciudad había 37 activos de Covid-19 al finalizar abril. Parecía una cifra alta, hoy sería un alivio.

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Quizá debió analizarse de manera más minuciosa la realidad departamental y como vemos, la realidad de cada localidad. No parece lógico que retornen las clases en un lugar con más contagios (en relación a la población) que la capital y Canelones.