En 1995, la preferida en las encuestas para suceder al primer ministro sueco, se vio obligada a renunciar a su candidatura porque la sorprendieron comprando una barra de chocolate con la tarjeta de crédito oficial.

Mona Sahlin era la promesa de la renovación política de Suecia. Con 25 años, en 1982 se había convertido en la parlamentaria más joven de la historia de ese país. En pocos años fue ministra de Trabajo durante el gobierno del socialista Ingvar Carlsson, luego secretaria general del partido y ministra de Igualdad Social. Su crecimiento fue tal que a sus 37 años se había convertido en la favorita para reemplazar a Carlsson. Pero los planes terminaron inesperadamente.

En octubre de 1995 Sahlin fue acusada de comprar un Toblerone y otros elementos para uso privado con la tarjeta de crédito otorgada por el ministerio de Igualdad Social. Se lo llamó el “ Toblerone affair”. Casi una década de ostracismo debió pagar para poder regresar a la arena política. Cometió una falta ética y en esos países no se tolera. Ella misma se disculpó.

Mientras tanto, en nuestro país, este jueves tomamos conocimiento de que el legislador colorado, Omar Estévez, admite (en una grabación difundida por Radio Sarandí) mandar buses con gente con covid a cosecha de citrus, ya que es empresario del rubro.

"Yo tenía Belén (localidad salteña) con ocho positivos en el ómnibus y nunca dejaron de trabajar", dijo. "No me compliqués con esa pavada", agrega, ante la consulta de una trabajadora que manifestaba su preocupación por el tema.

La "pavada" se esta llevando la vida de 54 uruguayos por día (estadística de abril) y de 53, 55, 72, 65, y 57 personas en los primeros cinco días de mayo.

En el peor momento de la emergencia sanitaria, donde se le pide responsabilidad a la población para contener los contagios, el empresario y diputado prioriza su negocio particular por sobre la salud de los trabajadores y la comunidad salteña en general.

No solo debería ser sancionado de alguna manera, sino que si tuvieramos en el país un porcentaje mínimo de la ética que existe, por ejemplo en Suecia, debería renunciar a su condición de legislador.

Pero ya sabemos que eso no va a ocurrir.