El Ministerio de Sanidad anunció el domingo que 84.599 personas de la mencionada franja de edad habían recibido una primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.

India ha estado utilizando dos vacunas: la de Oxford-AstraZeneca (conocida localmente como Covishield) y otra fabricada por la empresa india Bharat Biotech (Covaxin).

También se ha aprobado el uso de la vacuna Sputnik V, de fabricación rusa, cuyas primeras 150.000 dosis llegaron el sábado.

Del otro lado del mundo

Estados Unidos avanza a pasos agigantados en cuanto a la vacunación contra el coronavirus, tanto así que 100 millones de adultos ya están completamente inmunizados, es decir, ya recibieron las dosis necesarias para alcanzar un alto nivel de efectividad contra la enfermedad.

Según informa el medio Semana (Colombia), este país se ha convertido en un refugio para quienes quieren colocarse la inyección de manera gratuita pues ha acoplado centros comerciales, parques y demás para que las personas vayan a vacunarse sin cita y con un único requerimiento, que sean mayores de 18 años.

Ahora, en Miami, Estados Unidos, las autoridades decidieron habilitar una playa únicamente para vacunación masiva.

Fracaso moral

El mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico respecto a la distribución equitativa de las vacunas contra el COVID-19, advirtió en enero el director de la Organización Mundial de la Salud.

“El precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, aseguró Tedros Adhanom Gebreyesus en un fuerte discurso ante la Junta Ejecutiva de la Organización en el que condenó la actitud egoísta de algunos países ricos y compañías.

“Esto está mal. La situación se ve agravada por el hecho de que la mayoría de los fabricantes han priorizado la aprobación regulatoria en los países ricos donde las ganancias son más altas, en lugar de presentar expedientes completos a la Organización Mundial de la Salud. Esto podría retrasar las entregas de COVAX y crear exactamente el escenario que fue diseñado para evitar, con el acaparamiento, un mercado caótico, una respuesta descoordinada y una disrupción social y económica continua”, dijo.

Agregó que el enfoque de “yo primero” no solo deja en riesgo a las personas más pobres y vulnerables del mundo, sino que también es contraproducente, y, en última instancia, acciones de ese tipo solo prolongarán la pandemia, las restricciones necesarias para contenerla y el sufrimiento humano y económico.

Estos testimonios, insisto, fueron en enero. Pero hay realidades que son difíciles de cambiar. 

En el planeta hay más africanos que europeos, mas habitantes en el sur que el norte de América y más asiáticos que ningún otro grupo humano. Sin embargo, estos, integran la población más pobre del planeta. Por motivos multifactoriales. Pero desde siempre han existido las desigualdades. 

Compartimos la editorial en la cual advertíamos a comienzos de año este "fracaso moral": La humanidad no comprende el propósito de la vida