Querido Denis, confieso que he quedado impactado por lo sucedido en las últimas horas. 

Nada de los que te pueda decir va a servir de mucho hoy. O quizá si.

No te conozco personalmente. Pero te acompaño en este momento.

Porque hoy te tocó a vos. Y la historia es visible porque sos jugador de un equipo grande de nuestro país (del cual soy hincha desde la cuna), pero no conocemos a las decenas de otras personas que diariamente sufren lo mismo.

En la era de lo superficial. De aparentar. De darle valor a lo que no lo tiene. De estar más preocupados por un like que por conectar verdaderamente con las personas. Donde miles de chicos sufren depresión por el bullying que sufren. Si hasta el suicidio aumento en varios países con la llegada de las redes sociales. Que a esta altura del partido tienen casi nada de positivo.

En el clásico entraste algunos minutos y de repente las cosas no salieron como esperabas. Pero te digo que casi nadie se destacó Denis. Ni de un lado ni de otro. Quizá Kevin de nuestro lado y Rochet y Martínez del de ellos. Nada más eh. 

El resto de los muchachos dejaron todo pero no lograron un gran partido. Así que por eso no te sientas mal. Además de que no has tenido grandes oportunidades de jugar.

Pero lo deportivo no importa nada ya. Me duele que se hagan chistes con la apariencia física. La discriminación por la apariencia. 

Recuerdo que no me gustaba cuando iba con mi hermano al Estadio por Ramón Anador y algunas personas que nos veían con la camiseta amarilla y negra cruzaban a la vereda de enfrente. Habían pasado cosas terribles con algunos "hinchas" que mataron cobardemente a Héctor Da Cunha. Pero eso no nos convertía en delincuentes a todos los peñarolenses. Se criminaliza la apariencia. "Apariencia delictiva" escuchamos muchas veces cuando se refieren a una personas por su vestimenta. Como si los señores de traje y corbata no cometieran los delitos mas grandes del mundo. 

A mi me genera orgullo tener "apariencia de trabajador" que sale a ganarse la vida todos los días con dignidad. Porque la inmensa mayoría de los habitantes de este país venimos de familias humildes y trabajadoras. Así que sentite orgulloso vos también. 

No te sientas mal. No estás sólo. 

Y ojalá esta historia que tuvo visibilidad por ser una figura pública sirva para reflexionar. Porque miles padecen situaciones similares. Y no está bueno.

Ahora a entrenar que hay que pelear el campeonato! 

Abrazo grande de un pelado y narigón.