El nuevo director del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Ricardo Cabrera, tiene como una de sus metas eliminar la “tolerancia cero” para los conductores, argumentando que dicha medida, vigente en nuestro país desde comienzos de 2016, “ha hecho daño a productores y bodegueros, y privado a los consumidores de la copa de vino diaria, sin culpas, tanto en eventos, como en las salidas y en la propia casa, que ha sido realmente un problema ".

Cuando se aprobó la ley en 2015 (65 votos de 85 legisladores presentes en sala), la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), indicaba que casi 9,000 controles de consumo de alcohol realizados a conductores que participan de accidentes, un 92,8% no tenía alcohol en sangre; un 1% tenía menos de lo que hasta el momento era límite de 0,3 gramos / l, y el restante 6,2% tenía valores superiores a dicho límite.

Cuatro años después, las cifras de siniestralidad vial en Uruguay son mejores, pero al mismo tiempo alarmantes. Y por si fuera poco, el porcentaje de siniestros donde el alcohol estuvo presente es prácticamente el mismo: 7% según el informe anual de la Unasev 2019 (En el departamento de Colonia la cifra aumenta casi a 10%). 

Entonces, ¿Qué tan efectiva es la medida? ¿Es un riesgo "volver atrás" y permitir un consumo "moderado"?

Según la Organización Panamericana de la Salud, el consumo de alcohol, incluso en cantidades relativamente pequeñas, aumenta el riesgo de verse involucrado en siniestros viales. "Beber deteriora las funciones esenciales para una conducción segura, como la visión y los reflejos, y la capacidad de discernimiento, lo que se asocia normalmente a otros comportamientos de riesgo, como el exceso de velocidad y el incumplimiento de las normas de protección (uso del cinturón de seguridad y el casco) ", señala la OPS, que agrega que el riesgo de sufrir un siniestro mortal es 17 veces mayor para una persona que conduce bajo los efectos del alcohol que para una persona sobria. 

Según los especialistas, conducir con concentración de alcohol en sangre (G / DL) entre 0,01-0,05 genera: Aumento del ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria, disminución de la actividad de diversas funciones cerebrales centrales, comportamiento incoherente al realizar tareas, disminución del discernimiento y pérdida de inhibiciones, sensación moderada de exaltación, relajación y placer. Naturalmente, los efectos en el organismo aumentan y agravan el rendimiento con mayores cantidades.

"Los conductores con una concentración de alcohol en la sangre de entre 0,02 y 0,05 g / dl tienen como mínimo un riesgo tres veces mayor de morir en un siniestro vial. Este riesgo aumenta a seis veces como mínimo con una tasa de alcoholemia entre 0,05 y 0,08 g / dl, y se eleva exponencialmente cuando supera 0,08 g / dl ", concluye la OPS, siendo este un dato relevante ya que en Reino Unido esta última cifra es el límite permitido. 

Ahora bien, la conclusión inmediata que podríamos obtener es que en estos países la situación debe ser muy negativa. Sin embargo aquí apenas comienza el debate. 

El informe anual de Unasev 2019 muestra que en Uruguay registro 19.768 siniestros, con 25.114 lesionados (un promedio diario de 69 personas) y fallecieron 422 personas. Cifras impactantes. Más de 100 víctimas fatales por millón de habitantes, si somos aproximadamente 3.500.000 de uruguayos.

En los países europeos, donde no rige la tolerancia cero para conducir, los países están significativamente mejor. Y curiosamente, la región con los mejores resultados y menos víctimas siguen siendo Reino Unido (28 por cada millón de habitantes). Si, donde el límite es más alto, muere una cuarta parte que en Uruguay.

Lo siguen Dinamarca (30), Irlanda (31), Suecia (32) y Malta (38). España y Alemania se sitúan justo detrás, con una media de 39 muertes por cada millón de habitantes, pero lejos de los países que registran un mayor número de fatalidades en sus carreteras como son Rumanía (96), Bulgaria (88), Letonia (78 ) y Croacia (77).

Uruguay tiene más fallecidos que los países europeos con peores índices.

Ahora la conclusión a la que arribamos es otra. Evidentemente hay otros factores y medidas que influyen más que tomar o no alcohol. 

¿Qué hicieron estos países entonces para disminuir la siniestralidad vial?

Europa ha evolucionado de manera eficaz en términos de seguridad vial producto de políticas en conjunto, educación y campañas publicitarias.

Por ejemplo, todos los nuevos vehículos incluyen alrededor de 30 nuevas funciones de seguridad con el objetivo de salvar vidas en la carretera: *

• Sistemas de control inteligente de velocidad  para que el conductor sea consciente de que están sobrepasando la velocidad límite
• Sistema de monitorización de la somnolencia y la atención del conductor
• Sistema avanzado capaz de reconocer el nivel de atención  visual del conductor
• Señal de frenado de emergencia  que emite una luz para avisar del frenado a los demás usuarios de la vía pública que circula por detrás

• Detector de marcha atrás , que informa al conductor de la presencia de personas u objetos detrás del vehículo para evitar colisiones
• Sistema de control de la presión de los neumáticos,  que avisa al conductor de pérdidas de presión
• Interfaz para la instalación de alcoholímetros antiarranque , que permite que los alcoholímetros antiarranque sean compatibles con los vehículos.
• Registrador de datos de eventos, que registra y almacena parámetros e información críticos relacionados con una colisión justo antes, en el transcurso e inmediatamente después de esta.

* Datos difundidos en Noticias del Parlamento Europeo, abril 2019, sobre Seguridad vial: nuevas medidas europeas para reducir los accidentes de tráfico.

Entonces vemos que pese a no implementar la "medida uruguaya" de tolerancia cero, Europa mejora año a año con estas otras medidas, que además incluye mejores condiciones en rutas para circular.

¿Esto significa que Uruguay puede permitir otra tolerancia en el consumo de alcohol?

Para quien escribe no. Basta que solo una vida se pierda por culpa de ello para que valga la pena la medida. Si en 2019 se registraron 19.768 siniestros de tránsito y en el 7% estuvo presente la ingesta de bebidas alcohólicas, más de mil personas fueron damnificadas por ello. Sería tremendamente peligroso permitir el consumo de alcohol donde además es muy difícil determinar el límite. Y reiteramos la opinión de la Organización Panamericana de la Salud: Los conductores con una concentración de alcohol en la sangre de entre 0,02 y 0,05 g / dl tienen como mínimo un riesgo tres veces mayor de morir en un siniestro vial. No quiero correr ese riesgo aunque para otros sea mínimo. 

La pandemia que azota al mundo en la actualidad nos recodó que la salud es primordial. 

Por otro lado, es cierto que el sector vitivinicola sufrió prejuicios económicos por la medida: se estima que el consumo de esta bebida en restaurantes disminuyó un 15%. Tiene razón Cabrera. Ha hecho daño a bodegueros y productores y ha privado de la copa de vino al consumidor habitual (sobre todo al mediodía). Pero si salva vidas bienvenido sea.

Además, según datos del Inavi, las caídas en las ventas ya se registraban desde antes del 2016. Se elaboraban 77 millones de litros en 2010, y 66 millones de litros en 2015. Evidentemente la tolerancia cero es un factor adicional, pero no único al momento de explicar el descenso en el consumo de vino, donde por ejemplo, otras bebidas como el Fernet o la cerveza han aumentado sus ventas. Evidentemente se trata de preferencias también.

Por otro lado, podemos señalar el muy buen funcionamiento de las bodegas carmelitanas con la Ruta del Vino, que ha generado ingresos en las visitas turísticas, más allá de la calidad de sus propios vinos. Han sabido explotar una nueva faceta dentro de la industria que les permitió crecer, al margen de que la venta haya disminuido en los últimos años. Se han "reconvertido" en este contexto.

El debate se instala nuevamente. La aprobación legislativa hace ya cinco años no culminó la discusión y en el marco del respeto, siempre es bueno tenerla e intercambiar ideas. Se necesita un nuevo tratamiento legislativo si se pretende aumentar la tolerancia, y el propio presidente de la República, Luis Lacalle Pou, siendo senador manifestaba estar a favor de elevarlo a 0,3. Por lo cual toma más fuerza esta posibilidad. 

Anteriormente, nos preguntábamos que tan efectivamente había sido la medida y si era un riesgo cambiarla. 

Parece que la respuesta es: No ha sido tan efectiva, pero si, es un riesgo eliminarla. Repito, si una sola vida se pierde por el consumo de alcohol en el tránsito ya es grave. Pero el país debe profundizar sobre aspectos ya trabajados y encontrar nuevos mecanismos para que efectivamente los uruguayos no mueran en el tránsito, ya que el consumo de alcohol no cambia demasiado las cosas.