El entrenador de la Selección Uruguaya de Remo, Osvaldo Borchi, destacó la gran actuación de sus dirigidos, Felipe Kluver y Bruno Cetraro, en los Juegos Olímpicos tras conseguir un histórico sexto puesto.
Osvaldo se ganó el mote de “loco” por su divertida personalidad y liderazgo positivo.
“A todos los que cambian las cosas , como aquellos que crean vacunas o a Da Vinci, les dicen locos”, dijo, agregando que “los que están todo el día sentados tomando mate no cambian nada, más preocupados de no olvidarse la yerba que del trabajo”.
Para el entrenador hay que ver más allá de las dificultades y atreverse a soñar. Aprender a hacer bien las cosas que no gustan, porque las que sí son del agrado de una persona se hacen fácilmente. “Cuando haces bien ambas cosas es cuando podés ser mejor que los demás”.
Sobre el resultado obtenido considera que “no hay ciencia”. Se trata de entrenar más que los demás, señaló. “Lo que hace la diferencia son los remeros que tienen afán de luchar, de entregarse e ir para adelante”.
Ese ha sido el secreto de la dupla uruguaya para equiparar el nivel de los otros botes que cuentan con mayores posibilidades y recursos (materiales y económicos) para desarrollarse.
“No importan los obstáculos, vamos, vamos, vamos, vamos hasta que rompamos la piedra” dice sobre la determinación que mantuvieron durante todo este tiempo.
Para Osvaldo el trabajo es la clave. El trabajo es todo. Y esta actitud que tiene ante la vida es lo que lo mantiene con esas energías a sus 68 años. Con ganas de ir por más. “Me siento mejor que nunca”.
Osvaldo tomó una frase de una película de Clint Eastwood (Mula) como estilo de vida: “no dejes entrar al viejo”.
Manifestó que la calidad no envejece y que ha demostrado al mundo que tiene la capacidad de liderar un equipo hacia una final de Juegos Olímpicos y ser en la actualidad el mejor de Latinoamérica, superando a grandes rivales.
“Que la gente que conoce de remo venga y me reconozca el trabajo es el premio más grande”.
Como hemos mencionado anteriormente, el doble par ligero logró que un país culturalmente futbolero estuviera pendiente como nunca de otra disciplina deportiva.
“Estamos viviendo una cosa de locos, fue impresionante”, dice al respecto.
Osvaldo, que es muy ingenioso con sus frases, regaló otra metáfora espectacular: “Si ganamos un concurso de baile en alpargatas, vayamos al próximo con zapatos”.
Se refiere evidentemente a la preparación de cara a los próximos juegos en París 2024. Por eso se reunirá en los siguientes días con la Federación Uruguaya de Remo para empezar a planificar el futuro. Es claro en remarcar que se necesitan más apoyos y más entrenadores trabajando de manera remunerada. “No se compra comida con la Tarjeta Gloria y a mi no me van a hacer descuentos en el supermercado por decir que obtuvimos el sexto puesto en Tokio”, dijo, agregando que “la profesión de entrenador de remo es una más como la del mecánico u otras y necesita ser remunerada, porque no todo es honorífico en esta vida”.
Con respecto a la actividad en Carmelo, Osvaldo entiende que la ciudad tiene un historial excelente en el remo y un gran potencial. Cree que es importante que los chicos se involucren desde jóvenes por las bondades del propio deporte.
Además, el Arroyo de las Vacas cuenta con las condiciones ideales para entrenar todo el año.
Aclara de todos modos que no todo el mundo puede competir en el alto rendimiento. “Tiene que haber remo recreativo y otro de competencia, donde no todos pueden destacarse”. Pero generar las condiciones para darle crecimiento al deporte y disfrutar “la hermosura del arroyo en Carmelo, que ha perdido el contacto y el disfrute de remar”.
Sin dudas Osvaldo Borchi está dejando huella en el deporte uruguayo y sería bueno aprovechar la euforia actual para potenciar el deporte en general que tanto bien hace.