Con motivo de una nueva celebración del Día Internacional de la Enfermería se realizaron una serie de actividades vía zoom con autoridades de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en las que se hizo una puesta a punto de la situación de la Enfermería en Uruguay y las principales líneas de acción sobre las que desde el Ministerio de Salud Pública, a través de la Comisión Nacional de Enfermería (CONAE), se está trabajando.

Luego de haber realizado un diagnóstico de la situación de la Enfermería en el país, en base al Censo Nacional (2013) y la Encuesta Nacional (2014), sumado a los datos obtenidos de los sistemas de información de recursos humanos en salud del MSP (2019), la CONAE presentó en 2020 un Plan Nacional de Desarrollo de la Enfermería definiendo siete líneas estratégicas de acción. En función de este trabajo previo la OPS propuso a la CONAE llevar adelante un Diálogo Político de Enfermería, que busca, a partir del intercambio de los actores de todos los ámbitos involucrados en la temática de la enfermería en nuestro país, una mejor toma de decisiones y diseño de políticas públicas.

Así fue que se llegó a un consenso respecto a las necesidades y deberes de la profesión enfermera en Uruguay y de cuáles son las prioridades sobre las que trabajar. Partiendo de la base de que la dotación y calificación del personal de enfermería incide directamente en la calidad asistencial, en los resultados sanitarios y en la mejora de la salud de la población, a la vez que la inversión en enfermería redunda en ahorros en los sistemas de salud, uno de los principales elementos a mitigar en nuestro país refiere al déficit existente en licenciados en enfermería.

La Enfermería en Uruguay representa el 31.2 % de la fuerza de trabajo del sector de la salud. Se caracteriza por un gran número de auxiliares de enfermería con formación heterogénea, un colectivo altamente feminizado y de joven edad. En relación a su distribución, hay un déficit de profesionales en el primer nivel de atención y desigual distribución en territorio.

Algunos de los caminos trazados para hacer frente a los desafíos planteados en esta área de la salud son la profesionalización de la enfermería, la creación de nuevos cargos en general y de alta dedicación, reglamentar la dotación de personal en los servicios, crear nuevos espacios de enfermeros, mejorar las condiciones de trabajo y las remuneraciones además de la mejora de la calidad en la formación en todos los niveles.

Es importante destacar el rol cumplido por la fuerza de trabajo de Enfermería, tanto profesional como auxiliar, en la respuesta a la pandemia de covid-19. El personal de Enfermería se capacitó para afrontar desde la primera línea de atención las tareas necesarias tanto para la captación, testeo y rastreo de casos positivos como también para la correcta asistencia a los pacientes infectados que requirieron internación, en particular, en el apoyo y colaboración en el reforzamiento de las plantillas de personal de las Unidades de Cuidado Intensivo del país.

Cada una de las propuestas para mejorar las condiciones de trabajo de la Enfermería en Uruguay se sientan sobre la evidencia científica disponible y cuentan con un amplio consenso de todas las partes involucradas. Una estrecha vinculación entre la salud, la educación, el trabajo y la comunidad, además de la participación activa de los municipios y las organizaciones sociales son esenciales para la mejora de la Enfermería en Uruguay cuya colaboración es fundamental para lograr las metas de acceso y coberturas universales de salud.

A partir del Diálogo Político de Enfermería desarrollado el año pasado, se abrió una etapa de elaboración y presentación de propuestas que están a la consideración de la autoridad sanitaria. Invertir en Enfermería es mejorar la calidad de atención a la salud de toda la población.