Uruguay fue elogiado en la Asamblea Mundial de la Salud, de la que participa el ministro Jorge Basso, por su reforma del sistema sanitario. La situación del país en la materia es destacada internacionalmente por sus políticas sociales, que apuntan al concepto integral de la salud pública, al involucrar determinantes como educación, vivienda, transporte, alimentación y el combate a la pobreza y a la indigencia.

La agenda global de la 71.ª Asamblea Mundial de la Salud, iniciada el lunes 21 en la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de Ginebra, enfatizó la cobertura universal, es decir, lograr que los sistemas sanitarios no dejen a ningún sector de la población sin atención.

El ministro de Salud Pública expuso sobre la gestión de Uruguay al respecto, en la sesión plenaria del martes 22 de la reunión anual de los 193 países que integran esta agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas, actividad que finalizará este sábado 26.

“Uruguay es elogiado en el concierto internacional en forma unánime por llevar adelante un conjunto de políticas sociales que apuntan al concepto integral de la salud pública y que involucra un conjunto de necesidades que son cubiertas por estrategias explícitas de gobierno que van más allá del sector salud, como son la educación, la vivienda, el transporte, la alimentación y el ataque a la pobreza y a la indigencia”, sostuvo Basso.

“Se trata de políticas que deben ser coherentes para que redunden en una mejor calidad de vida y en la satisfacción de las necesidades básicas de las poblaciones”, argumentó.

En entrevista telefónica desde Ginebra con la Secretaría de Comunicación Institucional, aseguró que la experiencia uruguaya es definida como “una buena práctica” por los expertos que participan de este tipo de encuentros.

“Es un modelo visto con mucho respeto por el resto de los países”, agregó. Dijo que, en estas instancias, se le suele solicitar a Uruguay que relate cómo logró consolidar una reforma sanitaria considerada un desafío extraordinario y dificultoso, por su instalación, aprobación y sostenibilidad económica y financiera.

“Los sistemas de salud, tanto en los países del primer mundo como en los estados en desarrollo, son desafíos permanentes y, en muchos casos, definen elecciones”, advirtió Basso, quien insistió en el reconocimiento que le otorgan a Uruguay como modelo de referencia en distintas políticas, como la atención a la primera infancia, la política antitabaco y la prevención de enfermedades no transmisibles.

Según indicó, otro aspecto considerado fundamental es la alimentación, que incluye prácticas saludables en entornos educativos, como las determinadas por el reciente decreto que limita en forma progresiva la cantidad de grasas trans que pueden contener los alimentos y el rotulado frontal de sus envases, aspecto en el cual se trabaja con el objetivo de reducir la incidencia de enfermedades como la diabetes, la hipertensión, el sobrepeso y la obesidad, en patologías cardio y cerebrovasculares.

Basso ratificó la importancia de este tipo de encuentros para profundizar la comunicación con delegaciones de países referentes en algunos temas. Mencionó, como ejemplo de esas temáticas, el combate al hábito de fumar tabaco, por lo cual se reunió con representantes de Australia, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Irlanda y Nueva Zelanda.

Añadió que Uruguay trabaja desde hace años con esos países en el intercambio de experiencias respecto al marco regulatorio en el área de salud, para enriquecerse de las buenas prácticas y descartar otras.

Informó, además, que el intercambio trató este año sobre los dispositivos electrónicos y otras modalidades que la industria procura incorporar para mantener su rentabilidad frente a las políticas que identifican al tabaco como agente clave de afectación de la salud.