A partir de políticas de descentralización se busca mejorar la eficiencia de los emprendimientos agrícolas y ganaderos de las Unidades Penitenciarias.

Comenzó a implementarse, en 18 Unidades del interior del país, un plan de gestión agropecuaria descentralizado por regiones. El proyecto, enmarcado en el Plan Operativo Anual 2019 del Instituto, tiene como propósito fortalecer y crear emprendimientos productivos que optimicen el uso de los recursos existentes y que favorezcan el surgimiento de nuevas fuentes de producción agrícola y ganadera.

En el primer encuentro, del que participaron integrantes del Gabinete y Directores y Subdirectores Técnicos de las Unidades, se relevaron datos sobre las características de los sectores agropecuarios: cantidad de hectáreas productivas para la agricultura y para la ganadería, actividades rurales que se desarrollan actualmente, cantidad y tipo de maquinaria y herramientas disponibles, entre otros aspectos. El objetivo del relevamiento fue generar información cuantitativa y cualitativa que permita desarrollar proyectos productivos que se ajusten a la realidad de cada región.

La implementación y desarrollo de este plan de gestión permitirá que el propio sistema genere la materia prima para cubrir necesidades básicas como la alimentación. “La idea es aprovechar el potencial productivo que hoy por hoy existe en las Unidades y fortalecerlo aplicando políticas de autobastecimiento de alimentos, por ejemplo. De esa manera podemos hacer un uso más eficiente del presupuesto”, explicó Alberto Gadea, Director del INR.

Como dato ilustrativo de la capacidad productiva del sistema, en el año 2018 solo en la Unidad Nº 2, se cosecharon unos 62.000 kilos de hortalizas y vegetales (boniato, cebolla, zanahoria y zapallo) para el consumo interno de funcionarios y personas privadas de libertad y para el abastecimiento de otras Unidades.

Además, mejorar la productividad agropecuaria permitirá aprovechar las extensiones de tierra que actualmente no están siendo utilizadas para cosecha y cría de ganado, capitalizar los conocimientos de funcionarios/as y personas privadas de libertad en tareas rurales, disminuir la conflictividad a partir de la creación de nuevos hábitos de trabajo y mejorar la convivencia en los establecimientos. "Los equipos de trabajo están muy entusiasmados con esta propuesta. Por ejemplo: en la Unidad Nº 23 (Treinta y Tres) ya limpiaron una hectárea de tierra productiva en menos de un mes", agregó Gadea.

El proyecto también prevé que se generen instancias de capacitación sobre oficios vinculados al ámbito rural y al menos tres encuentros nacionales más donde Directores, Subdirectores Técnicos e integrantes del Gabinete puedan visualizar el impacto del trabajo conjunto e intercambiar experiencias que enriquezcan el proceso.