En la presentación del proceso del Plan Nacional de Educación en Cárceles, las autoridades informaron que, de casi 14.000 personas privadas de libertad, 4.000 estudian y 100 cursan formación terciaria. El ministro Pablo da Silveira enfatizó que el objetivo es brindar oportunidades para la reinserción social y bajar la reincidencia. El titular de Interior, Luis A. Heber, indicó que aumentar la tasa de educación es la clave.

El Ministerio de Educación y Cultura (MEC) presentó el proceso de trabajo interinstitucional del Plan Nacional de Educación en Cárceles, junto con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el Ministerio del Interior (MI), de acuerdo con lo dispuesto en la ley n.° 19.924.

Al evento, realizado este martes 19 en la Torre Ejecutiva, asistieron la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón; el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira; el ministro del Interior, Luis Alberto Heber; el subsecretario de esa cartera, Guillermo Maciel; el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, Robert Silva, y el director de Educación del MEC, Gonzalo Baroni.

Según datos relevados por el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), el 23,5% de las personas privadas de libertad no finalizó la educación primaria, el 25% la completó, el 30% cursó ciclo básico sin completarlo, menos del 2% finalizó el bachillerato y el 1,3% cursó o finalizó la educación terciaria.

Respecto de la autopercepción sobre el desempeño de competencias básicas, el 6% de la población penitenciaria manifestó no saber leer y el 12,3%, que lo hace con dificultad; el 11% dijo no saber escribir y el 13,5%, no saber calcular o hacerlo con dificultad. Actualmente, existen 2.445 cupos educativos formales y 1.186 no formales en el conjunto de las unidades del INR, para una población penitenciaria de 13.926 personas.

Da Silveira destacó la iniciativa de creación de este plan por el comisionado parlamentario para el Sistema Penitenciario, Juan Miguel Petit. El secretario de Estado subrayó que sin educación es menor la posibilidad de reinserción.

Heber detalló que 4.000 internos cursan educación formal y no formal y solo 100 lo hacen en el ámbito terciario. “Ojalá podamos implementar una solución a mediano y largo plazo, porque la seguridad es un problema país. El plan va en ese camino, porque es la gran herramienta”, remarcó.

Silva, por su parte, señaló que esta iniciativa significa una proyección a futuro en el marco de una necesaria coordinación para la atención de personas privadas de libertad. “No hay mejor arma contra la inseguridad de un país que la educación; por eso, reafirmamos el compromiso de trabajar fuertemente”, enfatizó.  

Baroni indicó que en contextos de privación de libertad la educación cobra un valor preponderante por su función humanizadora y las oportunidades para el desarrollo de ideas, acciones y actitudes que posibiliten la construcción de proyectos de vida en condiciones de dignidad. Expresó que en 2021 se desarrollaron múltiples coordinaciones con instituciones educativas de los sectores público y privado para visibilizar el plan. “La educación es un eje esencial para la rehabilitación”, subrayó.

Puntualizó que para la implementación del plan se conformó un equipo técnico de trabajo y se sistematizaron antecedentes y experiencias nacionales e internacionales sobre educación en contextos de encierro. Además, se desarrolló el proyecto Tomar la Palabra: Acciones para la Disminución del Analfabetismo en Personas Privadas de Libertad y se diseñó un relevamiento nacional sobre las trayectorias educativo-laborales de este colectivo.

El jerarca explicó que en una próxima etapa se posibilitará un sistema de calificaciones, trazabilidad y monitoreo de las trayectorias educativas, así como la planificación estratégica del plan y el análisis de marcos conceptuales y metodológicos aplicados a prácticas educativas.

A su vez, se generarán insumos teóricos y metodológicos para la formación de educadores formales y no formales, así como del personal penitenciario que realiza intervenciones con personas privadas de libertad. También se desarrollarán experiencias piloto en unidades penitenciarias metropolitanas y del interior a través de acuerdos programáticos interinstitucionales. Finalmente, se implementarán espacios participativos de consulta con docentes, educadores, personal penitenciario y actores comunitarios.

Lo producido tiene como finalidad abastecer a los establecimientos carcelarios de todo el país. El centro tiene un régimen de mínima seguridad y se caracteriza por su producción lechera y agrícola a partir de la mano de obra de internos e internas.

“La Unidad cuenta con 276 hectáreas, de las cuales 170 las tenemos dedicadas al tambo, tenemos 45 hectáreas cultivadas con diferentes tipos de forraje para cultivo de verano, otoño y para el invierno sobre todo y la semana pasada hicimos una corta de avena y enfardamos con silo pack para prever para el invierno que viene”, explicó Jorge Solé, director de la Unidad N.º 2 (San José).

El trabajo, que finalizará en los próximos días, emplea a 24 personas privadas de libertad que ya cosecharon unos 39.000 kilos de zanahorias en jornadas diarias. “Empezaron a las 7 de la mañana, van a parar al mediodía, se almuerza y a la 1 se retoma hasta las 16:30. Después de esta actividad laboral tienen exámenes de secundaria”, dijo.

La Unidad aloja a una población mixta que trabaja en el cultivo de las distintas verduras que se plantan en la Unidad. “En todas las cosechas utilizamos la mayor cantidad de personas, pronto vamos a tener cosecha de boniato. Ya plantamos los zapallos. Aproximadamente por marzo vamos a tener la cosecha de las tres especies de zapallo que plantamos acá”, señaló Solé.

El establecimiento también cuenta con un emprendimiento de producción de quesos que se implementó este año para integrar a las cinco mujeres que se trasladaron a la Unidad por primera vez.

La Intendencia de Colonia a través de su Dirección de Promoción y Desarrollo en el marco del Proyecto "Manos de la Tierra", en conjunto con el Instituto Nacional de Rehabilitación Piedras de los Indios Unidad Numero 14, están trabajando en la recuperación e inserción social de personas privadas de libertad.

En este proyecto se realizaron actividades que fomentan el aprendizaje de la producción orgánica de alimentos como base del cuidado de la salud, el medio ambiente y la ayuda social.
Se trabajó en conjunto con funcionarios del sector educativo del Instituto Nacional de Rehabilitación y personas privadas de libertad, creando Huertas Orgánicas en el Centro de Rehabilitación de Piedra de los Indios.
El proyecto se ejecutó entre los meses de Junio y Diciembre obteniendo resultados muy beneficiosos para todas las partes involucradas en el mismo.

Se incautaron 223 cortes de fabricación carcelaria, 124 teléfonos celulares, 13 litros de bebida de elaboración casera (“escabio”), 4 macetas con plantines de marihuana y 3 g de marihuana. La requisa estuvo a cargo de policías y operadores penitenciarios del INR con apoyo de la Guardia Republicana.

El director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) Luis Mendoza explicó cómo los internos fabrican los cortes a partir de la vandalización de las celdas: “Los cortes los sacan principalmente rompiendo las camas, las mesas y/o los bancos que son de cemento y dentro tienen varillas. Ellos sacan el hierro y hacen los cortes, que son elementos importantes a tener en cuenta porque después pueden producir lesiones o muertes”.

Este tipo de procedimientos se vienen realizando de manera estratégica en distintos establecimientos del país como forma de brindar las condiciones necesarias de seguridad para llevar adelante procesos de rehabilitación de los internos.

Se incautaron 223 cortes de fabricación carcelaria, 124 teléfonos celulares, 13 litros de bebida de elaboración casera (“escabio”), 4 macetas con plantines de marihuana y 3 g de marihuana. La requisa estuvo a cargo de policías y operadores penitenciarios del INR con apoyo de la Guardia Republicana.

El director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) Luis Mendoza explicó cómo los internos fabrican los cortes a partir de la vandalización de las celdas: “Los cortes los sacan principalmente rompiendo las camas, las mesas y/o los bancos que son de cemento y dentro tienen varillas. Ellos sacan el hierro y hacen los cortes, que son elementos importantes a tener en cuenta porque después pueden producir lesiones o muertes”.

Este tipo de procedimientos se vienen realizando de manera estratégica en distintos establecimientos del país como forma de brindar las condiciones necesarias de seguridad para llevar adelante procesos de rehabilitación de los internos.

Un minucioso trabajo de la Unidad de Investigación y Análisis Penitenciario permitió acceder a la información de que una persona privada de libertad en el Sector A del celdario número 2, tenía planeada una fuga por lo que inmediatamente se montó un operativo.

En la jornada de ayer se concurrió a dicha Unidad para realizar la inspección de la celda en cuestión, ubicando allí un túnel en construcción de aproximadamente dos metros de profundidad, cinco metros de extensión y dos metros de diámetro a simple vista. A su vez se incautó desde el interior del mismo una escalera, dos celulares y una réplica de un arma de fuego en madera.

Posteriormente se coordinó la presencia de la Dirección Nacional de Bomberos con personal idóneo, ya que el túnel se encontraba con agua en su interior y podría existir la posibilidad de algún tipo de derrumbe.

El recluso que habitaba la celda fue detenido y conducido a declarar ante la Fiscalía de 2do. turno de Libertad.