El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, aclaró en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros de este lunes 2 que la aparición de los narcotraficantes en el país se remonta a muchos años y no a un año y medio o dos, como se ha dicho. El funcionario realizó un relato cronológico desde la aparición de la pasta base, en 1997-1998, hasta nuestros días.

Bonomi fue interrogado sobre aspectos vinculados con la incautación de 4,5 toneladas de cocaína de un contenedor cargado de soja que llegó a Alemania proveniente de nuestro país cuya investigación ubicó al presunto responsable del envío, que se encuentra con prisión preventiva.

“Los narcotraficantes en Uruguay aparecieron hace demasiados años, no uno y medio o dos”, aclaró este lunes 2 en conferencia de prensa en Torre Ejecutiva, al término del Consejo de Ministros.

“La pasta base ingresó al país en 1997 o 1998 (…)”, afirmó. "Las cocinas de cocaína estaban en la selva de Colombia cuando comenzaron a desinstalarse y cambió la modalidad del envío, en lugar de cocaína comenzaron a enviar pasta base, cuya elaboración se completaba en el país receptor, que no era solo Uruguay, sino todos los países de la región", describió.

Según explicó, esta situación se desarrolló hasta 2002. Los narcotraficantes compraban la pasta base en dólares adelantando el pago del 50 % de la droga a 11 pesos por unidad de la moneda estadounidense, pero, producto de la crisis del 2002, el valor del dólar se incrementó a 36 pesos, por lo que en poco tiempo estuvieron fuertemente endeudados. “Cuando tuvieron que pagar la mitad restante optaron por robar para el pago de cuantiosas deudas”, señaló el funcionario.  

De allí en más, “los narcotraficantes establecieron una nueva forma de consumo: en lugar de transformar la pasta base en cocaína, la vendían como pasta base fumable”, describió. Además explicó: “Cambió la circunstancia del delito, porque la venta de droga, hasta ese momento, se producía donde había concentraciones de gente y, a partir de entonces, se estableció la boca de venta de pasta base, que territorializa el negocio”.

“Debido a que la pasta base tiene una adicción mayor que la cocaína, el que se transformaba en consumidor, para financiar su consumo, comenzó a robar y eso provocó un crecimiento de la delincuencia muy fuerte desde el 2002, no hace un año y medio o dos”, subrayó Bonomi.