El Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia (Sipiav) presentó este jueves los datos de su actuación de 2018, en el marco del Día Internacional de la lucha contra el Maltrato y Abuso Sexual contra Niñas, Niños y Adolescentes.

Durante 2018 se intervino en 4.131 situaciones de violencia severa hacia niños, niñas y adolescentes (NNA) en todo el país, lo que implica más de 11 situaciones por día: se interviene en una situación cada dos horas.

En cuanto a la discriminación por sexo, los porcentajes se mantienen estables, siendo un 10% más las víctimas del sexo femenino que del masculino.

Continúa siendo la franja de NNA en edad escolar donde más situaciones se registran, destacándose la importancia del Sistema de Enseñanza como espacios fundamentales para la detección de estas situaciones vividas por NN.

El informe destaca que si bien la violencia, en todas sus formas, afecta el desarrollo saludable, "cuando se da en primera infancia (0 a 3 años) el impacto es aún más severo, pudiendo poner en riesgo la sobrevida", de ahí la relevancia especial de prevenir e intervenir oportunamente. En 2018 se registraron e intervino en casi 500 situaciones de violencia en niños y niñas comprendidos en esta franja etaria.

A mayor edad aumenta la brecha entre los sexos; la pertenencia de género también es un factor que incide en la vulneración y en situaciones de maltrato.

Al cruzar los diferentes tipos de violencia con la variable sexo, surge que en el único tipo de violencia en el cual existe una clara predominancia del sexo femenino es en las situaciones de Abuso Sexual.

Al agregar la variable edad a los tipos de violencia, surge que el abuso sexual tiene un claro aumento en relación a la edad, así como en sentido inverso, la negligencia decrece con la edad. Por otra parte, los porcentajes de maltratos físico y emocional se mantienen relativamente estables a través de las edades.

En 8 de cada 10 de las situaciones registradas en las que se intervino, los episodios violentos se habían reiterado más de una vez antes del inicio de la intervención; es decir, se había llegado a una fase crónica.

Menos de una de cada 10 situaciones fue captada en su etapa de inicio. En todos los tipos de violencia, la mayor captación se da luego de que las situaciones se encuentran cronificadas.

58% de NNA no logra visualizar la situación como violenta, ya sea por naturalizarla, negarla, no llegar a comprenderla o incorporar el discurso adulto, aunque existe una mayor visualización de la violencia padecida en niñas y adolescentes mujeres, frente a su percepción por parte de los varones; casi la mitad de las situaciones registradas, frente a poco más de un tercio, respectivamente.

93% (más de 9 de cada 10) de quienes figuran como principales agresores corresponden a familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia de NNA. Sipiav destaca que este porcentaje o similar viene repitiéndose en todos los informes presentados desde el 2012.

Figuran como principales personas que agreden padre y madre, en mismo porcentaje (34%), seguido por la pareja de la madre (13%).

En las situaciones de abuso sexual ocho de cada 10 fueron varones, mientras que en los casos de negligencia la relación es exactamente inversa.

En cuanto a maltrato emocional, seis de cada 10 son hombres, mientras que en maltrato físico la relación es relativamente pareja entre hombres y mujeres.

En lo que respecta a convivencia o no con agresor, solo en un tercio de las víctimas no viven con la persona de la cual recibe la principal agresión.

El Sistema Integral de Protección a la Infancia y Adolescencia contra la Violencia (Sipiav) aumentó en 119 % la atención de casos de agresión desde 2014, cuando se registraron 1.728 situaciones de ese tipo. Para ello “se contó con un mayor despliegue y cobertura en todo el territorio uruguayo”, con 29 comités de recepción de casos, dijo la presidenta de INAU, Marisa Lindner, en el Examen Periódico Universal ante la ONU.

“Las distintas formas de violencia hacia niñas, niños y adolescentes se ha colocado como un tema central en la agenda pública”, dijo Lindner en la exposición que realizó el 23 de enero en el Examen Periódico Universal ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Ginebra.

En ese sentido, la presidenta del Instituto del Niño y el Adolescente (INAU) destacó el fortalecimiento del Sipiav, que permitió incrementar en 119 % la atención de las situaciones de ese tipo. En 2014, el Estado atendió 1.728 situaciones de violencia y el año pasado aumentaron 3.718, para lo cual contó con un mayor despliegue y cobertura en los 19 departamentos en que se divide Uruguay.

En la actualidad funcionan 29 comités de recepción local del Sipiav, que son los encargados de recibir las denuncias de casos, de establecer las respuestas intersectoriales de atención de protección y también los que definen la judicialización.

Se incrementaron en 39 % las respuestas a situaciones de explotación sexual comercial y no comercial y se avanza en el cumplimiento del Plan Nacional “100 medidas” 2015 – 2020.

“Para nosotros continúa siendo un tema de alta preocupación por la extrema vulneración de derechos que representa y por la evidencia de situaciones de Trata interna que requieren mayores esfuerzos para su prevención, atención y reparación y muy especialmente mejorar los procesos de acceso a la Justicia”, sostuvo Lindner.

Respecto de la niñez en situación de calle, la jerarca dijo que los logros alcanzados en políticas específicas implementadas en forma conjunta con la sociedad civil y en consonancia con las observaciones del Comentario General Nº 21 del Comité por los Derechos del Niños permitieron a Uruguay ser elegido como País Pionero para la elaboración de un Plan Nacional de Acción con respuestas integrales en los ejes educación, salud, el derecho a vivir en familia, a la autonomía progresiva y a la participación.

En cuanto al tema de la erradicación del trabajo infantil, informó que, en consonancia con la Meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU en el actual período de Gobierno (2015-2020) se aprobó el nuevo listado de trabajo peligroso para adolescentes menores de 18 años, lo cual incorpora principios orientadores hacia la protección integral, la perspectiva de género y la étnico racial.

“Se aumentó en 10 % la cantidad de inspecciones anuales y en los últimos años se logró atender al 100 % de las denuncias de trabajo infantil”, aseguró.

Lindner también informó que el presupuesto anual del INAU asignado para el eje “Vida Libre de Violencias” creció en 80 % en los rubros servicios de atención, funcionarios especializados y capacitación hasta situarse en 2018 en 154 millones de pesos.

En relación a la drástica disminución de la pobreza infantil, que pasó de afecta a 59 % de los menores de 18 años en 2005 a 15 % en 2018, Lindner explicó que, “sin embargo, aumentó la brecha entre esa franja etaria y la adulta, cuyo abatimiento es uno de los grandes desafíos del presente”. Es que en Uruguay la pobreza en adultos mayores de 65 años afecta a solo 3 % del total.

El gasto público social se duplicó en la última década y en relación a la infancia pasó de 4 % del producto interno bruto a 6 % en el lapso señalado, acción vinculada a la matriz de bienestar social con enfoque de derechos humanos destinado a la reducción de desigualdad, dijo la entrevistada.