El Ministerio de Salud Pública anunció las nuevas prestaciones que el Fondo Nacional de Recursos (FNR) comenzó a financiar y las que amplía en cobertura. Se incorporaron los trasplantes renales pediátricos y las bombas de insulina para menores de 15 años y se extendió la cobertura en la implantación de cardiodesfibriladores internos e implantes cocleares. El monto anual de inversión ronda los 4,5 millones de dólares.

El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, presidió el miércoles 23 el acto por la ampliación del financiamiento de prestaciones del Fondo Nacional de Recursos (FNR) y la incorpordación de otras. Junto a él estuvieron presentes el representante del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Martín Vallcorba, y la directora general del FNR, Alicia Ferreira.

Las autoridades informaron que los trasplantes renales eran procedimientos que no se concretaban en el país, lo que implicaba que, hasta ahora, el único tratamiento para los niños era la diálisis. El convenio firmado entre el Instituto de Nefrología y Urología y la Asociación Española, con el financiamiento del fondo, abrió el acceso a este procedimiento. Actualmente se realizan diálisis a unos 25 niños. Se estima que se financiará la cirugía de cinco por año, en función la compatibilidad del órgano donado.

La bomba de insulina es un tratamiento solicitado por las asociaciones de pacientes diabéticos. La cobertura se estima en 25 a 30 casos por año. El equipo que se otorga es el más moderno existente, con un instrumental que asegura utilidad por hasta 10 años. El fondo, además de hacerse cargo del costo de la bomba, asume los montos correspondientes a los insumos en forma mensual.

La evidencia científica demuestra que la salud de los niños mejora, sobre todo en los casos de quienes padecen una diabetes delicada que hacen frecuentes hipoglicemias. Como contrapartida se requiere de contención por parte de una familia o tutor que acompañe el procedimiento, porque implica la calibración del aparato y un aprendizaje para que funcione. La empresa proveedora está registrando las bombas; se estima que en 15 días comienzan a otorgarse.

Por otra parte, los pacientes que padecen trastornos graves de su ritmo cardíaco accedían a un cardiodesfibrilador. Con este tipo de insumos se previene la muerte súbita. En 2018 se financiaron 121 implantes, ahora se incorporan los pacientes con alto riesgo. Se estima que en un año se respaldará a 300 personas. Además de los dispositivos, se incluyen los controles.

Finalmente, la ampliación de la cobertura del implante coclear, que hasta ahora se destinaba a niños de siete años, ahora involucra un plan integral de atención que comprende a todo quien padezca una hipoacusia severa grave. Además de incorporar el dispositivo, se incluye la cirugía y la rehabilitación para niños y adultos que nunca antes escucharon y necesiten aprender a hacerlo para que el implante cumpla su función. Por año, se estima en 65 pacientes beneficiados.

El ministro explicó que la administración de los recursos del fondo permitió un aumento en la inversión. “Es la mejora de la calidad del gasto la que permite seguir incorporando estas prestaciones, que implican intensas negociaciones con actores que, en algunos casos son exclusivos y en otros casos, son grupos corporativos”, señaló Basso. Confirmó que las autoridades trabajan en la incorporación de nuevos medicamentos de alto precio a la brevedad, con prioridad para los oncológicos.

A 10 años de creado el Programa de Trasplante Hepático, 190 personas recibieron órganos, con altos niveles de sobrevida. Todas fueron operadas en el Hospital Militar, sin importar si eran usuarias del sector privado o público. Antes, los beneficiados debían viajar a Argentina para concretar esas cirugías; la cifra de operados aumentó, de 7 a 25 al año. El Fondo Nacional de Recursos financia los procedimientos.

“El balance es muy positivo. Son 10 años de este proceso”, sostuvo la jefa del Programa Nacional de Trasplante Hepático, Solange Gerona, quien lidera el proyecto desde el inicio. Agregó que estos procedimientos, que salvan vidas a usuarios del sector público y privado, son financiados por el Fondo Nacional de Recursos (FNR). El Instituto Nacional de Órganos y Tejidos se encarga de la coordinación de los órganos donados y de administrar la lista de espera, que implica a un promedio de 20 pacientes. El orden que la rige es el de la gravedad, esa es la prioridad. “Va primero el que está más grave, aunque haya llegado ayer”, aclaró.

En esta década se llevan trasplantadas 190 personas en las instalaciones del Hospital General de las Fuerzas Armadas, a un promedio de entre 20 y 25 procedimientos al año, y la causa principal es cirrosis, aunque hay pacientes con enfermedades catalogadas como agudas. Las causas son variadas: consumo de alcohol, enfermedades autoinmunes, hepatitis B y C; un 20 % se debe a hepatocarcinomas (cáncer de hígado).

La especialista detalló que la experticia del equipo, compuesto por unas 60 personas, determina que las internaciones sean breves. Los tiempos de espera son comparables a los registrados respecto a prestadores de otros países y los resultados fueron valorados como gratificantes, ya que se alcanza un alto nivel de sobrevida a cinco años. En el 75 % de los casos, los pacientes trasplantados vive incluso cinco años después de la intervención, lo que se considera una cifra elevada, ya que suelen ser personas que padecen otras complicaciones en sus organismos. La edad promedio de los trasplantados es 45 o 50 años, pero se realizan cirugías pacientes de todas las edades.

La oferta de donantes es elevada en proporción a la escasa población del país. “Lo que queda en el debe es cuando hay hepatitis agudas graves o fulminantes, con necesidad de un trasplante de hoy a mañana. Para ello, tenemos un equipo de diálisis hepática que permite dilatar un poco el tiempo para llegar en condiciones a un trasplante o que el hígado regenere y se evite el procedimiento”, indicó.

En diálogo con la Secretaría de Comunicación Institucional, la experta dijo que si se compara la tarea efectuada en Uruguay con los estándares internacionales, los parámetros son similares en torno a sobrevida, cantidad de reoperaciones requeridas y capacidad de retrasplantes que puedan ser necesarios.

Gerona recordó que el equipo multidisciplinario que actualmente se desempeña trabaja en forma mancomunada desde hace 20 años y que aúna a profesionales no solo del Hospital Militar, sino también del Hospital de Clínicas y de Facultad de Medicina, lo que es concebido como un factor fundamental, ya que no solo se trata de salvar vidas, sino también de formar recursos humanos calificados.

En este tiempo se sumaron nuevos integrantes y se mejoraron aspectos vinculados con la gestión y calidad de servicios, y se realizaron auditorías continuas a cargo de expertos internacionales como preparación para lo que será la denominación de “centro de referencia”, aunque, según explicó, en la práctica este servicio ya lo es. En cuanto a equipamiento, se adquirió un complemento para un equipo que se conoce como fibroscan, que permite medir el porcentaje de esteatosis en el hígado (cantidad de grasa acumulada), así como qué fibrosis implica cualquier patología.

En este contexto, Gerona insistió en la importancia de contar con el programa en el país, ya que recién en 1994 los uruguayos lograron acceder a un trasplante, pero debían viajar a Argentina, con todo lo que eso implicaba. Además, solo se practicaban un máximo de siete procedimientos al año. Desde hace 10 años esa realidad cambió radicalmente y se duplicaron los trasplantados.