¿Cómo podemos recuperar mejor las infraestructuras después de la pandemia del coronavirus? Esta es la pregunta que se formuló la Comisión Económica para Europa en la edición 2021 de su premio sobre infraestructuras. El organismo buscaba encontrar los mejores proyectos de Alianzas Público-Privadas orientados a las personas y que contribuyan a "reconstruir mejor" tras la Covid-19.
Los mejores proyectos se presentaron la semana pasada en la marco del Quinto Foro Internacional de Alianzas Público-Privadas de la Comisión que tuvo lugar entre el 22 y el 26 de abril en la ciudad suiza de Ginebra.
El primer premio correspondió a Nova Ceasa, un proyecto de mercado de frutas y verduras en el estado de Piauí, situado en el nordeste de Brasil. El centro distribuye 35 toneladas de frutas y verduras para abastecer la zona y garantiza el sustento de más de 700 comerciantes.
En Nova Ceasa se pueden encontrar frutas, verduras, especias, artesanía, mariscos, flores, plantas y personas que buscan mejorar su calidad de vida.
El segundo puesto recayó conjuntamente en un proyecto de tren ligero en la isla española de Tenerife y en un programa de desarrollo regional en Caraga, Filipinas.
El Tranvía de Tenerife se inauguró el año 2007 y su puesta en marcha no sólo ha unido los diferentes barrios del Área Metropolitana, sino que ha conectado a toda la sociedad.
Su existencia ha mejorado las comunicaciones entre las personas y ha acercado a las familias.
Los proyectos seleccionados debían cumplir con las siguientes características:
El concurso, que utilizó la metodología de evaluación de la Comisión People-first (primero las personas) para calificar los proyectos, también sirvió para probar su eficacia y uso.
Los ganadores fueron seleccionados entre un total de 66 proyectos de 25 países y se emitieron 881 votos electrónicos.
Al anunciar los ganadores, la Secretaria Ejecutiva de la Comisión, Olga Algayerova, envió un mensaje de esperanza para los años venideros.
"Debemos mirar hacia un futuro mejor y hacia la recuperación, aprendiendo de la experiencia de COVID-19 para identificar e implementar los proyectos, especialmente a nivel local, para que surjan sociedades resistentes y más sostenibles, sin dejar a nadie atrás. Necesitamos muchos más de estos proyectos", destacó.
Todos los proyectos merecieron el reconocimiento del jurado por su contribución a la reducción de la pobreza, la creación de empleo local, la mejora de los servicios sanitarios y la seguridad alimentaria, la reducción de los residuos, el uso de energías renovables y la aspiración a la neutralidad en materia de emisiones de carbono.
Asimismo, el conjunto de iniciativas aporta soluciones reales sobre el terreno y, al combinar criterios sociales, medioambientales y económicos, mejoran significativamente la vida de las personas.
Los miembros del jurado encargados de conceder los galardones fueron: Tetiana Bessarab, Doris Chevalier, Anand Chiplunkar, Amanda Loeffen, Jean-Patrick Marquet, Melissa Peneycad, Joan Enric Ricart y James Stewart (presidente), Pedro Neves (secretario).
El director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud dijo este viernes que el sistema de salud de varias partes de Brasil está bajo una “amenaza extrema”, con regiones en el centro y en el sur del país con más de 96% de las camas de cuidados intensivos ocupadas.
“La situación en Brasil ha empeorado, con una incidencia muy alta de casos y un aumento de los incidentes de muerte en todo el país. Sin duda un aumento muy rápido en la ocupación de camas de la UCI con muchas áreas que se quedan ya sin espacio”, alertó Michael Ryan.
Ryan dijo que era preocupante el aumento de la positividad de los casos, especialmente de personas con enfermedades respiratorias graves.
“La proporción que da positivo para COVID-19 está aumentando y esto se refleja en un aumento significativo de la tasa de mortalidad. El número de personas que mueren también se reflejará en la actual presión del sistema y la falta de tiempo del que disponen los trabajadores de la salud”, explicó.
Además, dijo el experto, todavía existe la gran preocupación constante con respecto al aumento de la transmisibilidad y letalidad del virus en sí debido a la variante P1 que fue identificada por primera vez en el Estado del Amazonas, en Manaos.
“Todas las variantes de interés son importantes a nivel nacional y mundial. Todas tienen implicaciones potenciales más allá de las fronteras nacionales”, afirmó Ryan, recordando que Brasil, al ser una gran nación, es un ancla importante para América del Sur.
Desde siempre, el país ha sido un ejemplo muy positivo de fuerte acción de salud pública, siendo uno de los primeros en eliminar el sarampión y la poliomielitis.
“Lo que sucede de manera positiva en las naciones como Brasil importa a nivel mundial, y lo que sucede de manera negativa también”, dijo.
Ryan dijo que ciertamente les gustaría ver al país yendo en una dirección diferente, pero que será necesario un gran esfuerzo para que eso suceda ya que el sistema está considerablemente bajo presión en este momento.
“Mientras muchos países de América Central y del Sur se están moviendo en una buena dirección, Brasil no. Hay que tomarse esto muy en serio”, advirtió.
La empresa subsidiaria de Ancap Cementos del Plata firmó un contrato por cuatro años para abastecer a la empresa brasileña que gestiona la central energética de Candiota, por 400 millones de dólares, informó el titular del ente, Alejandro Stipanicic, a Comunicación Presidencial. Con esta licitación ganada, la planta de cal de Treinta y Tres retuvo a su principal cliente y retomará la actividad.
Tras una década de relación comercial, en junio finalizó el contrato con la empresa brasileña CGT Electrosul, que, por este motivo, abrió una licitación para abastecer a la central de Candiota durante los próximos cuatro años, relató el presidente de Ancap. Este proceso ponía en riesgo la viabilidad de Cementos del Plata, porque podía perder a su principal cliente y, en consecuencia, cerrar la planta, añadió Stipanicic.
La central termoeléctrica brasileña se encuentra a 40 kilómetros de la frontera con Cerro Largo, Uruguay. La planta de cal de Cementos del Plata está ubicada en el kilómetro 23 de la ruta nacional 98, en el paraje Cerro Méndez, del departamento de Treinta y Tres.
El trabajo articulado entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Industria con los funcionarios de Ancap (técnicos, asesores jurídicos y la gerencia general) permitió un trámite licitatorio exitoso para el ente uruguayo y, actualmente, se aguarda el restablecimiento de las operaciones de la planta de cal, que estuvo cerrada por mantenimiento, precisó el jerarca.
Para retener al cliente internacional, Ancap compitió con firmas brasileñas prestigiosas, incluidas las empresas ubicadas en el estado de Minas Gerais, contextualizó. El tipo de cambio y la evolución de la moneda en Uruguay dejaron a la empresa estatal en posición de desventaja, por lo cual se ajustaron los costos, dijo Stipanicic.
Precisó que los ajustes incluyeron la licitación de los fletes a Candiota, lo que implicó un ahorro de 1,8 millones de dólares por año, así como un segundo proveedor de fletes para diversificar y transparentar al máximo la oferta en este rubro.
Para poder retener al cliente, en un contexto más desfavorable por la diferencia cambiaria, y así acceder al nuevo contrato, un 20% menor en ingresos que la licitación anterior, Ancap tuvo que buscar ahorros como el citado en los fletes, y deberá orientarse a la búsqueda permanente de la eficiencia, para hacer el negocio sustentable en un marco más desafiante.
En suma, las actuales gestiones han posibilitado que la empresa mantuviera las fuentes laborales para una zona del país que depende de la planta de cal ubicada en Treinta y Tres, concluyó Stipanicic.
Se firmó este 1° de setiembre en el Ministerio de Salud Pública el protocolo sanitario binacional Uruguay-Brasil por el cual las ciudades de Artigas y Quaraí y Río Branco y Barra do Quaraí trabajarán como unidades sanitarias para el tratamiento y seguimiento de la COVID-19. Existirá coordinación en medidas preventivas, como uso de tapabocas, distanciamiento social y aforo en comercios, con el fin de controlar posibles brotes.
El acuerdo, rubricado entre el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, el embajador de Brasil ante Uruguay, Antonio Simóes, y la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Ache, es de similares características al vigente entre Rivera y Santana do Livramento.
También participaron del evento el subsecretario de Salud Pública, José Luis Satdjian, la directora general de Coordinación del Ministerio de Salud Pública, Karina Rando, y el director general para Asuntos de Fronteras, Limítrofes y Marítimos, Federico Perazza.
Salinas explicó que se trata de una extensión del convenio de complementación y del concepto de unidad sanitaria entre ambas naciones. Recordó, asimismo, que la iniciativa fue implementada, en primer término, de forma piloto para las ciudades de Rivera y Santana do Livramento. El secretario de Estado señaló: “(Se trata) de una nueva forma de avanzar en la lucha contra la COVID-19, con la colaboración de nuestros hermanos”.
Por su parte, Ache destacó que tanto Uruguay como Brasil hayan apelado a la institucionalidad para hacer frente a la pandemia. En ese sentido, recordó que desde el año 1990 funciona el Comité de Integración Artigas-Quaraí con el fin de promover la cooperación y proporcionar soluciones rápidas y pragmáticas para aquellos problemas de carácter operativo que se presentan en la frontera.
La jerarca resaltó que si bien la pandemia en la comunidad internacional es una amenaza que se traduce en el cierre de fronteras, la colaboración entre Uruguay y Brasil representa una forma de cooperación entre países hermanos.
Simóes dijo que la diplomacia debe ser algo del mundo real que llegue a las personas y que no basta con hablar de hermandad, sino que debe cumplirse realmente.
Sobre los alcances del acuerdo, Rando explicó que implicará un trabajo conjunto de grupos de diagnóstico y seguimiento epidemiológico entre las ciudades de Artigas y Quaraí y Río Branco y Barra do Quaraí.
Señaló que el convenio permitirá, en la medida de lo posible, que los diagnósticos que se realicen en Quaraí o en Barra do Quaraí se efectúen con tests de PCR y no con los rápidos, es decir, que se utilizará el mismo método diagnóstico que en el lado uruguayo de la frontera. Añadió que también existirá coordinación en relación con las medidas preventivas, como el uso de tapabocas, distanciamiento social y aforo en los comercios, y que se hará especial hincapié en su cumplimiento para controlar posibles brotes.
Durante esta semana se prevé alcanzar los 20 millones de casos de COVID-19 y 750.000 fallecidos indicó este lunes el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) , quien destacó que hay dos elementos esenciales para hacer frente a la pandemia de manera eficaz: “los líderes deben redoblar sus esfuerzos para tomar decisiones y los ciudadanos deben aceptar las nuevas medidas”.
Unas disposiciones que, por ejemplo, funcionaron en Nueva Zelanda, donde el pasado fin de semana celebraron cien días sin transmisión comunitaria, explicó el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus durante la rueda de prensa bisemanal en Ginebra para analizar la situación de la pandemia.
Justamente un caso opuesto al de Brasil, respecto al cual el doctor Mike Ryan, director de los programas de emergencia de la Organización, explicó que se producen entre 50.000 y 60.000 casos de COVID-19 por día y la enfermedad sigue extendiéndose activamente por todo el país.
Una situación que, según Ryan, comporta un enorme reconocimiento para los trabajadores sanitarios de la nación sudamericana, donde el nivel de ocupación de los hospitales y las unidades de cuidados intensivos son entre el 80 y el 90% en muchas partes del país.
“Todo aquel que trabaje en la unidad de cuidados intensivos en una situación de enfermedad infecciosa es consciente del estrés y las tensiones de esos individuos y sus familias. Sostener eso durante meses es una tarea casi imposible”, recalcó.
Los indicadores sobre la enfermedad en el país carioca señalan que continúa la trasmisión comunitaria y una alta presión sobre el sistema sanitario.
“En Brasil se mantiene un nivel de epidemia muy alto. La curva es un poco plana pero no está bajando y el sistema está sometido a una gran presión. Y, con todo respeto, en una situación como esa, la hidroxicloroquina no es una solución ni una fórmula mágica”, agregó.
Mientras tanto, muchos países están usando todas las herramientas a su disposición para hacer frente a cualquier nuevo brote.
El doctor Tedros citó los ejemplos del Reino Unido y Francia, que implementaron medidas como el confinamiento, en zonas del norte de Inglaterra a medida que se identificaban grupos de casos, o el uso obligatorio de mascarillas en espacios exteriores concurridos de París.
“Este tipo de medidas estrictas y precisas, combinadas con el uso de todas las herramientas a nuestra disposición, son clave para prevenir la reaparición de la enfermedad y permitir que las sociedades se reabran de forma segura. E incluso en los países donde la transmisión es intensa, se puede controlar aplicando una respuesta de todo el gobierno y toda la sociedad”, destacó.
El máximo responsable de la Organización indicó que la ruptura de las cadenas de transmisión se logró gracias a una combinación de factores como la rápida identificación de los casos, el rastreo exhaustivo de los contactos, la atención clínica adecuada a los pacientes, el distanciamiento físico, el uso de máscaras, la limpieza periódica de las manos y la tos alejada de los demás.
“Tanto si los países o regiones han eliminado con éxito el virus, han suprimido la transmisión a un nivel bajo o todavía se encuentran en medio de un brote importante; ahora es el momento de hacer todo, invertir en los aspectos básicos de salud pública y poder salvar tanto vidas como medios de subsistencia”, señaló.
Todo ello, con el objetivo de llegar al punto básico de Tedros: “mi mensaje es muy claro: suprimir, suprimir, suprimir el virus. Si suprimimos el virus de forma efectiva, podremos abrir las sociedades de forma segura”.
“El objetivo del virus es crear más virus”, razonó la doctora Maria Van Kerkhove, la epidemióloga líder de la Organización, a la pregunta de qué propósito persigue el microorganismo.
“El virus no tiene cerebro, nosotros lo tenemos. El virus es una entidad biológica muy simple que puede entrar en una célula humana e instruir a esa célula para que produzca más virus, lo que en última instancia puede matar a la persona que infecta”, acotó Ryan.
Kerkhove tomó la palabra para indicar que “el virus quiere reproducirse, encontrar individuos entre los que pasar, pero no quiere matar a muchos porque si mata a su anfitrión entonces no puede pasar a otra persona”.
Entre las múltiples precauciones que podemos tomar para ser más astutos que el virus, la doctora citó que una de ellas “es mantenernos separados de alguien que está infectado”, por lo menos a un metro de distancia.
“Si podemos, aislar los casos para que las personas que se sabe que están infectadas con este virus, tengan o no síntomas. Si los aislamos de los demás no permitimos que el virus pase a otra persona”, añadió.
El uso de mascarillas, el rastreo de contactos o el lavado de manos fueron los otros métodos señalados por la experta.
“Creo que todos necesitamos entender que tenemos un papel que jugar sin importar donde vivas, la ocupación que tengas o tu edad: puedes formar parte de la ruptura de las cadenas de transmisión”, concluyó.
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