La sífilis es una infección bacteriana, sistémica, de transmisión sexual (ITS) en la que en los últimos años se ha identificado una tendencia creciente de casos en la región de las Américas. Por esta razón, nuestro país reafirmó oportunamente su compromiso hacia el control y la eliminación de esta enfermedad sumándose así a la iniciativa (ETMI-PLUS) de OPS/OMS e implementando desde entonces múltiples marcos normativos Guías y Protocolos.

Se trata de una infección bacteriana causada por Treponema pallidum que se transmite generalmente por el contacto con úlceras infecciosas presentes en los genitales, el ano, el recto, los labios o la boca.

La transmisión vertical ocurre por pasaje transplacentario de treponemas o por contacto con lesiones genitales durante el pasaje a través del canal de parto.

La transmisión a través de transfusión sanguínea es excepcional, ya que en nuestro país, se realiza el tamizaje del 100% de las unidades donadas.

Los síntomas varían en las diferentes etapas y generalmente empiezan 21 días después de la infección, pero pueden aparecer en un plazo de entre 9 y 90 días. En la transmisión de la madre al niño durante el embarazo (sífilis congénita), puede provocar aborto espontáneo, muerte fetal o poco después del nacimiento, prematuridad, bajo peso al nacer o infección que derive en discapacidades graves en los niños.

La mayoría de los casos de sífilis pueden tratarse con penicilina, por lo que es fundamental identificar los casos e iniciar el tratamiento precoz por parte del profesional que reciba el resultado en forma inmediata.

Se enumeran acciones claves a la hora de prevenir, diagnosticar y tratar esta infección curable:

• Informarse con un profesional sobre del uso del preservativo masculino y femenino.

• Hablar con su médico tratante sobre la realización de la evaluación de infecciones de transmisión sexual, en especial si presenta conductas de riesgo.

• Recordar la importancia del control precoz y adecuado del embarazo para el feto y la mujer.

• Asegurar con su ginecólogo tratante, la investigación de sífilis, en cada trimestre del embarazo.

• Concurrir a la realización de los estudios de sífilis e HIV indicados en la consulta pre gestacional.

• Cumplir el tratamiento inmediato ante cualquier test + de sífilis, en el caso de una embarazada o su/s parejas.

• Seguir las recomendaciones del médico tratante, en relación a evaluar con test de sífilis a las parejas sexuales de la embarazada.

Es necesario continuar trabajando en intensificar las acciones de control contra esta ITS milenaria que afecta a miles de personas cada año a nivel mundial, de diagnóstico sencillo, curable si es tratada oportunamente.